La importancia de observar

Seguro que a estas alturas ya conoces lo valioso que resulta la observación dada la cantidad de información que somos capaces de recopilar a través de ella. Pero no te relajes, porque precisamente esa cotidianidad que hacemos de la observación puede hacernos creer que no necesitamos entrenarla.

Una buena observación debe ser objetiva, nunca subjetiva. No emitas juicios de valor ni interpretaciones de lo que está ocurriendo. Una cosa es lo que yo creo que está pasando y otra muy diferente lo que está pasando. Lo que estas viendo en ese momento es lo que está ocurriendo, no existe otra cosa.

Observamos para conocer y para aprender de lo que estamos observando. Nos ayuda en el momento en que realizamos la observación y nos prepara para planificar una estrategia futura.

María Montessori observó durante más de 40 años. De estas observaciones sacó las principales características y principios pedagógicos de lo que hoy conocemos como el «Método Montessori».

 

«El adulto no observará con objeto de hacer sentir su presencia o de ayudar a los más débiles con su fuerza; Observará para reconocer al niño que se dedica a concentrar su atención y para contemplar el glorioso renacimiento del espíritu»  –María Montessori

 

Nuestra observación la realizaremos para conocer al niño y sus necesidades. Nos ayudará a conocer en qué punto está el niño y desde ese «aquí y ahora» seguir trabajando junto a él en esa auto construcción que está realizando. Para ello, es importantísimo que centre mi observación en describir únicamente lo que veo en ese momento y eliminar cualquier juicio de valor que haya tenido anteriormente sobre el citado niño.

Aunque a simple vista parece fácil, para que una observación nos reporte los resultados que esperamos, es vital que pongamos nuestra mente en silencio. Eliminar o aparcar de ella todo lo que conocemos o creemos que conocemos del niño, pues todo ello únicamente nos llevará a la confusión y estaremos emitiendo entonces juicios de valor. Solamente observamos lo que vemos, tal y como está siendo en ese momento.

Para realizar una buena observación, lo primero que tenemos que hacer es hacernos con un cuaderno y un bolígrafo. Allí iremos recogiendo toda esa información que nos da la observación. Recuerda que en tu papel de adulto, deberás pasar lo más desapercibido posible para el niño. En ningún momento se debe dar cuenta que está siendo observado.

Comenzaremos nuestra observación añadiendo aspectos que aparentemente no tienen importancia y que con el paso del tiempo y una vez realizadas unas cuantas observaciones, nos damos cuenta de que son elementos a tener muy en cuenta una vez vuelvo a leer la observación realizada. La fecha, el clima, cómo nos encontramos tanto anímicamente como físicamente, qué vamos a observar, el número de personas que se encuentran en el lugar donde realizamos la observación, como está el ambiente en el que nos encontramos,…

Y después de esto, comenzaremos a realizar la observación propiamente dicha. Se trata principalmente de realizar anotaciones durante todo el tiempo que estés observando. La puedes hacer de infinidad de detalles: Centrarte en un solo niño o en el trabajo de una pareja de niños; Observar por qué áreas pasa por una mañana; El tipo de movimientos que realiza; Sus fases de concentración, distracción, observación; Observar a través de los periodos sensitivos, etc. Toda esa información que recopilarás será de vital importancia para que tu papel como Guía sea lo más efectivo posible.

Añade también junto a la observación que estás realizando, pequeñas anotaciones con una interpretación personal de lo que ocurre. Te ayudaran en un momento dado a entender mejor la observación realizada, pero debes tener muy claro que son interpretaciones personales. Pon, junto a la observación que realices, la hora a la que has añadido tal o cual cosa, te ayudará a entenderla mejor.

Aquí dejamos estas pequeñas pinceladas respecto a la observación. Recuerda que es un tema que está muy presente en nuestro día a día, lo único que tenemos hacer ahora es organizarnos y registrar esa valiosa información que será la que nos ayude y sobre la que nos guiaremos para seguir acompañando al niño durante esta etapa tan delicada en la que está autoconstruyendo lo que ya trae consigo.

 

 

-Pedro Valenzuela

Foto: Edy Libedinsky